Cuando lo urgente eclipsa lo importante
La instalación de extintores suele dejarse para el final de una obra, una reforma o una apertura de local. Y es precisamente en ese momento de prisas cuando se cometen los errores más costosos: colocar mal el equipo, ignorar la fijación, o improvisar un soporte. Aunque parezca menor, no anclar correctamente un extintor puede derivar en graves problemas de seguridad, legales e incluso económicos. Este artículo te revela por qué.
El anclaje no es opcional: es parte de la protección
Un extintor no es solo un cilindro rojo. Es un sistema de intervención inmediata que debe estar siempre visible, accesible y funcional. Si está mal anclado, puede moverse, volcarse o dañarse sin que nadie lo note. Incluso puede volverse un obstáculo o un peligro para personas que circulan por el entorno. En una emergencia, ese descuido puede marcar la diferencia entre apagar un fuego y perderlo todo.
Problemas técnicos de un extintor sin fijación
Cuando un extintor no está bien instalado, el riesgo más común es que pierda presión por una caída, se desplace y no esté donde se supone que debe estar, o incluso active su válvula accidentalmente. Esto genera gastos, interrupciones en la actividad e incluso sanciones. Además, el golpe puede dañar componentes internos, haciendo que el equipo ya no cumpla su función aunque parezca “en buen estado”.
Extintores mal instalados: riesgos legales y económicos
Según la normativa vigente en España, los extintores deben instalarse conforme a criterios técnicos claros: soporte homologado, altura correcta, señalización y ubicación visible. No cumplir con estas condiciones puede derivar en multas tras inspecciones de seguridad, pérdida de cobertura de seguros y, en caso de incidente, responsabilidades civiles o incluso penales si se prueba negligencia.
Comprar extintores sin instalación profesional: error frecuente
Muchas personas cometen el error de comprar extintores sin contratar su instalación con técnicos cualificados. Esto no solo reduce la eficacia del sistema, sino que deja al propietario en una situación de vulnerabilidad. Un extintor mal fijado, aunque esté recién comprado, puede ser rechazado en una inspección. Y lo que es peor: puede no funcionar cuando se necesite con urgencia.
Casos reales: de la negligencia al accidente
En un pequeño restaurante de Granada, un extintor de polvo fue apoyado en el suelo tras una reforma. Durante un turno de limpieza, el cilindro cayó y golpeó el pie de un trabajador. Se abrió parte del contenido y fue necesario evacuar la cocina. La inspección posterior detectó que el equipo no estaba fijado ni señalizado. Resultado: multa, gastos extra y reputación comprometida.
Requisitos técnicos que muchas veces se ignoran
Anclar un extintor no es cuestión de “agarrarlo fuerte”. Se deben cumplir criterios claros: soporte adecuado al peso del equipo, instalación entre 80 y 120 cm desde el suelo, libre de obstáculos, lejos de fuentes de calor, y con señalización homologada. También es importante verificar la resistencia de la pared o superficie donde se va a instalar. En paredes de cartón-yeso, por ejemplo, se requieren fijaciones específicas.
Locales pequeños, grandes errores
Tiendas, peluquerías, oficinas pequeñas y locales sin supervisión técnica suelen tener errores como dejar el extintor suelto, apoyado en una esquina o incluso oculto tras una cortina. En estos casos, no solo se incumple la normativa, sino que el extintor pierde completamente su función. Es como tener una alarma sin batería: inútil.
¿Quién debe hacerse responsable del anclaje?
Tanto el propietario del local como la empresa instaladora tienen responsabilidad. El primero, por garantizar que los elementos de seguridad estén operativos. La segunda, por cumplir con las normativas técnicas y legales. Es vital que tras la instalación se entregue un certificado de montaje y se registre la ubicación del equipo en los planos de seguridad, especialmente en instalaciones empresariales o de pública concurrencia.
Revisión y mantenimiento del soporte
Durante las revisiones periódicas del extintor, el soporte también debe ser inspeccionado. Tornillos flojos, óxido, corrosión o incluso vibraciones estructurales pueden debilitar el anclaje con el tiempo. La mayoría de los técnicos cualificados incluyen este paso como parte del protocolo de mantenimiento. Si no es tu caso, exige que se haga.
El extintor debe estar donde tiene que estar
No basta con tener extintores. Hay que asegurarse de que están bien instalados, bien fijados y listos para actuar. Un simple tornillo puede ser la diferencia entre evitar una tragedia o enfrentarse a una. Por eso, si estás equipando tu local o revisando tus sistemas, no pases por alto este detalle. Exige profesionalismo, pide documentación y protege tu inversión… y a las personas que confían en ti.