Deficiencias graves en la Residencia de Mayores de Formentera: La falta de medidas preventivas pone en riesgo a trabajadores y residentes.
La reciente investigación de la Inspección de Trabajo en la Residencia de Mayores de Formentera ha puesto de manifiesto una serie de carencias alarmantes que comprometen la seguridad, la salud laboral y la organización interna del centro. Tras una denuncia presentada por UGT, el informe oficial confirma una situación que el sindicato califica de “inaceptable” y de “riesgo evidente” tanto para los residentes como para el personal sanitario y asistencial.
Durante la visita realizada el 14 de octubre, los inspectores constataron puertas de emergencia cerradas, equipos de protección sin mantenimiento y ausencia de protocolos efectivos de evacuación. Estos hechos suponen una vulneración directa de la normativa básica de prevención de riesgos laborales y revelan la necesidad urgente de revisar los procedimientos internos del centro.
Riesgos evidentes por la falta de mantenimiento en los equipos de emergencia
Uno de los puntos más graves señalados por la Inspección fue el mal estado de los sistemas contra incendios. Los extintores de incendio, que deberían someterse a una revisión anual obligatoria, llevaban más de un año sin mantenimiento. Esta omisión no solo incumple la normativa vigente, sino que pone en peligro la vida de los residentes, que dependen de una rápida respuesta en caso de emergencia.
La seguridad en un entorno de alta vulnerabilidad como una residencia de mayores debe estar garantizada en todo momento. Los extintores de incendio son una herramienta fundamental de protección inicial ante cualquier conato de fuego, y su ausencia de control refleja una grave falta de supervisión técnica y administrativa. En estos espacios, donde muchas personas tienen movilidad reducida, la prevención debe ser la prioridad absoluta.
Carencias en la instalación y mantenimiento de BIEs
A esta situación se suma la deficiente conservación de las Bocas de Incendio Equipadas (BIEs), dispositivos esenciales que permiten actuar de manera rápida mientras llega el personal de emergencias. La Inspección señaló que varias BIEs no contaban con señalización visible ni comprobaciones recientes, lo que limita su operatividad ante cualquier incidente.
Las BIEs deben mantenerse en perfecto estado, con inspecciones periódicas que garanticen la presión del agua, la accesibilidad y la funcionalidad de las mangueras. En el caso de la Residencia de Formentera, la falta de mantenimiento de estos sistemas agrava el riesgo estructural y demuestra la carencia de una planificación preventiva adecuada. La normativa exige que todo centro de atención asistencial disponga de una red de protección activa, pero en este caso, el incumplimiento ha sido evidente.
Seguridad y prevención insuficiente en zonas con hospedaje: extintores para hoteles como referencia
Si se compara la situación de la residencia con los estándares de seguridad exigidos en hoteles y alojamientos turísticos, las deficiencias resultan aún más evidentes. Los extintores para hoteles deben ubicarse estratégicamente en cada planta, señalizados y revisados cada 12 meses, conforme al Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI).
Los extintores para hoteles sirven como referencia clara de cómo debe estructurarse un plan de protección: equipos en buen estado, vías de evacuación despejadas y personal formado para actuar en caso de emergencia. Estos requisitos no deberían ser exclusivos del sector turístico, sino obligatorios en todos los entornos donde la seguridad de las personas es un valor irrenunciable. En una residencia de mayores, donde la capacidad de reacción es menor, la negligencia puede tener consecuencias fatales.
Falta de personal, desorganización y riesgos asistenciales
Más allá de las carencias técnicas, la Inspección detectó problemas estructurales en la organización interna. Los turnos mal distribuidos, la falta de personal cualificado y la ausencia de coordinación entre los distintos departamentos han generado una sobrecarga laboral constante que repercute directamente en la calidad asistencial.
UGT advierte que las trabajadoras llevan meses denunciando esta situación, alertando de un deterioro progresivo tanto en las condiciones laborales como en la atención a los residentes. La falta de personal en servicios esenciales como enfermería o fisioterapia reduce la capacidad de respuesta ante emergencias y aumenta el riesgo de accidentes dentro del centro.
Deficiencias en la formación y vigilancia de la salud laboral
La formación en prevención de riesgos laborales es otro de los puntos críticos. La Inspección subraya que no existe un plan actualizado de formación preventiva ni un seguimiento adecuado del estado de salud de las trabajadoras. En un entorno donde el esfuerzo físico y emocional es elevado, esta carencia puede provocar bajas prolongadas, fatiga crónica y errores operativos.
Además, la evaluación de riesgos laborales, que debía haberse actualizado en septiembre, sigue pendiente. Sin este documento, la dirección carece de un mapa real de los peligros a los que se enfrentan los empleados y, por tanto, no puede aplicar medidas correctivas efectivas.
Consecuencias de la negligencia: fuga y descontrol interno
Uno de los episodios más graves que recoge el informe es la fuga de una usuaria sin supervisión, un hecho que demuestra la falta de control interno y la insuficiencia de medidas de seguridad. Este tipo de incidentes no solo pone en peligro a la persona afectada, sino que revela una falla en la responsabilidad de gestión del centro.
UGT ha calificado este suceso de “negligencia absoluta” y exige responsabilidades inmediatas tanto a la dirección de la residencia como a las autoridades competentes. El sindicato reclama una revisión integral del modelo de gestión, así como una auditoría externa que garantice la aplicación efectiva de las medidas de seguridad.
Responsabilidades políticas y necesidad de un cambio estructural
El informe de la Inspección de Trabajo no solo tiene implicaciones administrativas, sino también políticas y éticas. Las autoridades locales deben asumir la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las normas y garantizar la seguridad de los ciudadanos más vulnerables.
La residencia de mayores no puede ser gestionada con criterios de ahorro presupuestario cuando está en juego la vida y dignidad de las personas. Es imprescindible invertir en infraestructura preventiva, personal cualificado y mantenimiento técnico, incluyendo la revisión de los extintores de incendio, las BIEs y todos los equipos de emergencia.
Hacia un modelo de atención centrado en la seguridad y la dignidad
La prioridad debe ser siempre el bienestar de los usuarios y del personal. La prevención, la formación y la supervisión continua son pilares que garantizan entornos seguros. Implementar planes de emergencia, realizar simulacros periódicos y asegurar la funcionalidad de cada elemento de protección son medidas básicas que deben cumplirse sin excepciones.
La Residencia de Mayores de Formentera necesita una transformación profunda, donde la transparencia, la seguridad y la calidad asistencial sean los valores fundamentales. Solo así podrá restablecerse la confianza de las familias y la tranquilidad del personal.