Qué exige el Reglamento RIPCI para incendios de baterías de litio: Marco normativo y alcance del RIPCI en incendios con baterías de litio

Qué exige el Reglamento RIPCI para incendios de baterías de litio: Marco normativo y alcance del RIPCI en incendios con baterías de litio

El Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI), establecido mediante el Real Decreto 513/2017, constituye la base legal para la prevención, detección y extinción de incendios en todo tipo de instalaciones industriales, comerciales y residenciales. Aunque el texto no menciona de forma explícita las baterías de ion litio, su ámbito de aplicación abarca todos los riesgos previsibles de incendio, incluyendo aquellos derivados de la reacción térmica y química que caracteriza a este tipo de acumuladores energéticos.

En los últimos años, el uso de baterías de litio ha crecido de forma exponencial en vehículos eléctricos, sistemas de almacenamiento doméstico y centros logísticos. Estas baterías pueden alcanzar temperaturas extremas, liberar gases inflamables y generar fuegos de tipo D, de difícil control con métodos convencionales. Por ello, el cumplimiento estricto del RIPCI se ha convertido en un requisito indispensable para garantizar la seguridad de personas, bienes e infraestructuras ante este tipo de emergencias.

Adaptación técnica de las instalaciones al riesgo del litio

El artículo 4 del RIPCI exige que toda instalación cuente con sistemas de detección, alarma y extinción adecuados al riesgo presente, junto con un mantenimiento periódico certificado por empresas habilitadas. En el caso de espacios donde se manipulen o almacenen baterías de litio, estas exigencias deben intensificarse, incorporando tecnologías de detección temprana, supresión automática y ventilación controlada.

Además, el reglamento determina que todo diseño técnico debe ser realizado por un profesional competente, quien garantice que los sistemas cumplen con las normas UNE aplicables. La planificación preventiva se convierte, así, en la primera barrera de protección ante posibles eventos de fuga térmica o ignición espontánea de las celdas de litio.

Medidas preventivas y equipos recomendados para comprar extintor para baterías de litio

La elección de equipos adecuados es esencial para cumplir con los estándares del RIPCI. Cuando una empresa o instalación decide comprar extintor para baterias de litio, debe asegurarse de que el dispositivo esté específicamente diseñado para combatir incendios provocados por metales combustibles. Estos extintores no utilizan agua ni agentes líquidos tradicionales, sino polvos especiales a base de sales metálicas o grafito que aíslan térmicamente la reacción química.

Asimismo, en entornos industriales o talleres eléctricos se recomienda la instalación de extintores de tipo D combinados con sistemas fijos por gas inerte o aerosol condensado. Estos métodos actúan sin dañar equipos electrónicos y detienen la propagación del fuego en cuestión de segundos.

Requisitos técnicos del RIPCI aplicables a cada extintor para baterías de litio

Cada extintor para baterias de litio debe cumplir con los requisitos establecidos en el Anexo III del RIPCI, que regula las características de los equipos portátiles de extinción. Entre las exigencias más relevantes destacan la homologación según la norma UNE-EN 3-7, la presencia de etiquetado visible, instrucciones en castellano y mantenimiento anual por parte de una empresa autorizada.

En los entornos donde se cargan o almacenan grandes volúmenes de baterías, el reglamento también obliga a incorporar sistemas de detección de gases tóxicos e inflamables, como H₂ y CO₂, además de sensores térmicos de baja temperatura. De esta forma, se garantiza que cualquier aumento de calor o liberación de gas sea detectado antes de que se produzca el fuego visible.

Qué exige el Reglamento RIPCI para incendios de baterías de litio, es una pregunta común

La consulta más habitual entre responsables de seguridad y técnicos de mantenimiento es precisamente qué exige el Reglamento RIPCI para incendios de baterías de litio, es una pregunta común que refleja la creciente preocupación por este tipo de riesgo.

El RIPCI obliga a que todos los sistemas de protección contra incendios sean instalados y mantenidos por empresas registradas, conforme al artículo 8 del Real Decreto 513/2017. Además, la normativa establece que los proyectos deben contemplar la compatibilidad entre los agentes extintores y los materiales presentes en las instalaciones, evitando reacciones adversas que puedan agravar la emergencia.

En el caso de instalaciones con baterías de alta densidad energética, como las utilizadas en vehículos eléctricos o centros de datos, el reglamento recomienda la incorporación de sistemas automáticos de supresión por gas inerte o aerosoles condensados, ambos certificados bajo las normas UNE-EN 15004 y UNE-EN 15276 respectivamente.

Mantenimiento, revisiones y documentación técnica

El artículo 11 del RIPCI es especialmente estricto en cuanto a mantenimiento. Exige revisiones mensuales, trimestrales, semestrales y anuales según el tipo de instalación y el riesgo asociado. En el caso de las baterías de litio, se recomienda añadir controles de temperatura ambiente, limpieza de detectores y calibración de sensores térmicos.

Toda intervención debe registrarse en un libro de mantenimiento y ser firmada por un técnico acreditado. Asimismo, los extintores deben someterse a pruebas de retimbrado cada 10 años, mientras que los sistemas automáticos requieren verificación de estanqueidad y recarga conforme a las especificaciones del fabricante.

Sistemas fijos de extinción recomendados por el RIPCI

El reglamento diferencia entre tres grandes tipos de sistemas automáticos permitidos: aerosoles condensados, gases inertes y agentes líquidos encapsulantes. Los aerosoles resultan especialmente eficaces en recintos cerrados, ya que interrumpen la reacción química del fuego sin reducir drásticamente el nivel de oxígeno. Los gases inertes (como IG-541 o CO₂) son idóneos para salas de baterías, siempre que se garantice la evacuación previa de personas.

Los líquidos encapsulantes, por su parte, se utilizan en entornos donde el riesgo de fuga térmica es elevado, ya que reducen la temperatura del conjunto de celdas. En todos los casos, el RIPCI exige que la instalación sea certificada por un técnico competente y que los equipos cuenten con marcado CE.

Formación, señalización y responsabilidad de la dirección técnica

Toda instalación debe contar con plan de emergencia y autoprotección, formación específica del personal en el uso de extintores tipo D y señalización conforme a la norma UNE 23033-1:2019. Además, la dirección técnica de la instalación es responsable de conservar los certificados de instalación, inspección y mantenimiento actualizados, disponibles para cualquier auditoría.

El incumplimiento de estas disposiciones puede implicar sanciones económicas y la suspensión de la actividad hasta que se subsanen las deficiencias detectadas.

El RIPCI como garantía de seguridad ante el riesgo del litio

El auge de las energías renovables, los sistemas de almacenamiento y la movilidad eléctrica hace imprescindible actualizar las medidas de protección contra incendios en todos los sectores. El RIPCI no solo representa un marco legal, sino una guía técnica para garantizar la integridad de las personas y las instalaciones frente a los incendios provocados por baterías de litio.

Cumplir con sus disposiciones significa adoptar una cultura de prevención, formación continua y mantenimiento certificado. Solo así se pueden minimizar los riesgos asociados a una tecnología tan útil como peligrosa si no se gestiona adecuadamente.