Simulacros y formación en Huesca: la educación en prevención de incendios desde la infancia.
La Semana de la Prevención de Incendios (SPI) ha comenzado en Huesca con un objetivo claro: sensibilizar a la población, especialmente a los más pequeños, sobre la importancia de la seguridad contra incendios. Organizada por el Ayuntamiento de Huesca y su Servicio de Bomberos, esta iniciativa prevé formar a más de 2.000 escolares a través de talleres prácticos, simulacros y actividades que fomentan la prevención y la capacidad de reacción frente al fuego.
Las jornadas se desarrollan en la céntrica plaza de Luis López Allué, convertida en un espacio educativo con demostraciones de material, charlas de concienciación y ejercicios en tiempo real. Allí, los niños descubren cómo identificar riesgos, cómo actuar durante una emergencia y qué herramientas son fundamentales para mantener la seguridad.
El valor del extintor como herramienta básica de protección
Dentro de las actividades, uno de los protagonistas indiscutibles es el extintor, considerado la primera línea de defensa en caso de incendio. Los bomberos enseñan a los escolares su funcionamiento, explicando los pasos básicos para utilizarlo correctamente y la importancia de mantenerlos accesibles y en buen estado en hogares, centros educativos y lugares de trabajo.
Gracias a estas dinámicas, los estudiantes comprenden que un extintor no es un objeto decorativo, sino un equipo vital que puede salvar vidas si se emplea con rapidez y precisión. Este tipo de formación temprana contribuye a que las nuevas generaciones adquieran una cultura preventiva sólida y consciente.
Conociendo los diferentes tipos de extintores
La seguridad contra incendios no se limita a tener un extintor a mano, sino a conocer los tipos de extintores y su aplicación en función de la clase de fuego. Durante la SPI, se explica de forma detallada la diferencia entre extintores de agua, polvo químico, espuma, CO₂ y los especializados para riesgos eléctricos o químicos.
Los talleres prácticos permiten que los escolares identifiquen cuál es el equipo adecuado para apagar llamas en materiales sólidos, líquidos inflamables o equipos eléctricos. Esta información, aunque parezca técnica, resulta esencial para evitar errores que podrían agravar un incendio en lugar de controlarlo.
Demostraciones con diferentes tipos de BIEs
Además de los extintores, otro recurso fundamental en la protección activa contra incendios son las bocas de incendio equipadas (BIEs). En las actividades de Huesca, los bomberos muestran los tipos de BIEs más comunes, como las de 25 mm para uso general y las de 45 mm destinadas a entornos de mayor riesgo.
Los niños pueden ver cómo funcionan, cómo se despliega la manguera y la potencia de agua que proporcionan. Estas demostraciones refuerzan la idea de que las BIEs no son simples instalaciones, sino sistemas diseñados para actuar rápidamente y minimizar los daños en los primeros minutos de un incendio.
La Caseta del Humo y los trajes de bombero: experiencias inmersivas
Uno de los escenarios más impactantes de esta edición es la “Caseta del Humo”, habilitada por la Fundación MAPFRE. Se trata de un hinchable que simula una situación real de falta de visibilidad por humo, donde los escolares aprenden a desplazarse de forma segura, identificar salidas y mantener la calma en un entorno adverso.
Junto a esta actividad, los bomberos presentan sus vehículos de intervención, el material de rescate y los trajes de protección completos, lo que permite a los niños acercarse de manera práctica a la labor diaria de los profesionales. Estas experiencias refuerzan el respeto por la profesión y la importancia de la preparación en situaciones de emergencia.
La prevención desde la infancia como inversión en el futuro
El jefe de operaciones de los Bomberos de Huesca, José Luis Rivás, subraya que estas actividades no solo están dirigidas a los escolares, sino que también buscan generar un efecto multiplicador en la comunidad. Los niños, al regresar a casa, transmiten lo aprendido a sus familias, fomentando así la creación de hogares más seguros y preparados.
Conocer qué hacer ante un incendio, cómo usar un extintor, qué significan las señalizaciones de seguridad o cómo reaccionar al escuchar una alarma son aprendizajes que se convierten en hábitos de vida y que, en el futuro, pueden marcar la diferencia en una situación crítica.
Beneficios de los simulacros en la educación preventiva
Los simulacros y talleres prácticos tienen un impacto positivo en distintos niveles:
- Refuerzan el aprendizaje teórico, al poner en práctica los conocimientos adquiridos.
- Generan confianza en los escolares, que aprenden a reaccionar sin pánico en entornos controlados.
- Promueven la colaboración entre instituciones, bomberos, entidades educativas y organizaciones privadas como la Fundación MAPFRE.
- Crean conciencia ciudadana, extendiendo la cultura de la prevención a toda la comunidad.
La repetición de estas actividades año tras año asegura que cada nueva generación crezca con una mentalidad más preparada y responsable frente a emergencias.
Huesca como referente en formación preventiva
La SPI convierte a Huesca en un ejemplo a seguir en cuanto a programas de educación en prevención de incendios. La combinación de simulaciones, talleres didácticos y recursos innovadores, como la Caseta del Humo, sitúan a esta ciudad como un referente en la construcción de una sociedad más segura.
El compromiso institucional, sumado a la participación activa de la ciudadanía, demuestra que la prevención es una responsabilidad compartida y que formar a los más pequeños es la mejor inversión en el futuro de la seguridad colectiva.